Mizque 2012

MIZQUE 2012


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DATOS GENERALES

Fecha del viaje              21 y 22 de enero, 2012
Ubicación                      Bolivia, Cochabamba, Provincia Campero.
Recorrido en bici           147 km,  Altitud: mínima 2500 msnm, máxima 3400 msnm
Tipo de ruta                  Montaña y valles


 






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Lo hice!!!. Me saqué otra espina de la cabeza; el día 21/1/2012 me fui a Mizque en bici!
El caso es que hace un tiempo me daba vueltas en la cabeza este viaje por la fama que tiene ese pueblo, porque no lo conocía y porque era una nueva ruta ciclística.


Campanario de Mizque
Para los que no conocen, Mizque es un pueblo con mucha historia (desde antes de los Incas, en la colonia y en la república), famoso por ser un valle muy fértil donde se produce chirimoya, uva, maíz, etc. tiene un clima algo más cálido que Cochabamba (también más mosquitos) que se ubica al sur de Cochabamba (ver mapa). Se accede a Mizque por dos rutas: desde Aiquile (se acuerdan del terremoto?) y por Arani, esta última es la más corta desde Cochabamba y está toda empedrada.

La ruta para bicis es la que pasa por Arani, que como saben es donde se hace el pan más delicioso del Cochabamba. Elegí esa ruta, tomé un microbús que en 45 minutos me dejó en Punata, de ahí monté la bici y a 9 km llegué e Arani. El único desayuno allí está en el Mercado: Api con pasteles a 3 Bs (1US$=7 Bs), reemplacé los pasteles con el famoso pan y puse además a mi mochila 4 panes grandes para el camino.



Laguna en Vacas
Este viaje lo había programado según la ruta mostrada en Google earth, con el sistema de poner "vaya De:… A…. “, esa ruta pasa nítidamente por Vacas, pero conversando con la gente de Arani, me aseguraron que la ruta más usada no pasaba por Vacas, sino se desviaba en un punto a unos 16 km de Arani. Este fue un cambio importante a toda mi programación.


Desde allí fue un duro pedaleo para superar la montaña de Arani en unos 13 km con una pendiente media de 9%, lo cual no está mal para iniciar un día de viaje largo. Alcancé el punto de bifurcación del camino, donde obviamente no había ningún letrero, y tomé el de la derecha, es decir sin pasar por Vacas. De ese punto, el camino es en bajada con poca pendiente a lo largo de unos 10 km, lo cual mis piernas agradecieron mucho luego de la trepada previa. Por un buen tiempo estaba preocupado y cierto temor por el cambio de ruta, pero luego noté algo de tránsito de vehículos y eso me tranquilizó.

Campos de Rodeo
El pueblo más importante por esta ruta es Rodeo a 3100 msnm, conocido por su alto nivel ceráunico, cosa que me confirmó una vendedora de una tienda donde paré para comprar agua, ella nos hizo un relato largo a mí y a otras personas, sobre descargas eléctricas, lluvias de piedras y otros fenómenos raros así como de personas, con nombre y apellido que habían muerto por esos fenómenos; sacó de su bolsillo una piedra de unos 5 cm de diámetro que parecía de fierro (evidentemente una piedra que recibió una descarga eléctrica) como muestra de los “balines de Dios" pero no quiso venderla por nada.

De Rodeo se continúa ascendiendo por una zona que pese a la altitud (a 3700 msnm y más) estaba verde por la época y por los campos sembrados, lo cual es raro pues uno está acostumbrado a ver tierras altas con muy poca vegetación. Hasta los pedrones están cubiertos con una especie de musgo que les da un color verde blanquecino. Con un panorama tan amplio y hermoso uno se olvida que está ascendiendo hasta casi los 3800 msnm., además que obliga de tanto en tanto a parar para sacar fotos. Pero en esa altitud la temperatura desciende a un nivel que se siente en el cuerpo ya que la transpiración se enfría rápidamente hasta sentir como una capa de hielo.

Por ese motivo, cambié mi idea de almorzar en la cumbre, de modo que seguí pedaleando unos km abajo, hasta encontrar un lugar abrigado, lo que coincidió con una Puya Raimundi (planta famosa por su longevidad) que aunque seca y negra, igual es una novedad que debía fotografiar.

Sitio del almuerzo
Se me ocurrió parar cerca de unos campesinos que labraban su terreno, pero previamente tuve que hacer las paces con dos perrazos. Para el almuerzo había comprado una lata de sardinas pero descubrí que ésta no tenía el sistema de abrirla con la mano; como obviamente no tenía abrelatas, decidí regalarla a los campesinos junto a un pan y así quedé muy bien con ellos pero mi almuerzo cambió a 2 panes y una barrita de chocolate, más mi agua carbonatada sin endulzar que preparé en casa. No me cansaré de repetirlo, todos esos problemas o algún cansancio, para mí no tenían importancia porque estaba absorbido por la belleza del paisaje.



Desde aquí
Zona de bosques
la ruta es mayormente de descenso pero con pendientes moderadas, alternadas con subidas relativamente cortas especialmente cuando se cruza las quebradas. En el camino se encuentran pequeños pueblitos donde es posible comprar agua, lo increíble es que a precios más bajos que en la ciudad!, lo que manda al tacho eso del “costo de oportunidad”. Otro detalle a destacar en todos esos puestos, la gente fue muy amable conmigo, como por allí no se cuentan las distancias en km sino en horas de viaje en bus, siempre me indicaban cuantas horas más me faltaban hasta Mizque. Con tanta atención es difícil sentirse solo en esos viajes.


Ya en la población de Kuri, el panorama cambia bastante, ahora el camino va entre bosques de pino y más vegetación, siempre en bajada. Me gustó ver muchos letreros recordando que se deben cuidar los bosques. El aire es más húmedo y la temperatura va en aumento, a estas alturas ya guardé toda la ropa de abrigo, este trayecto son muchos km hasta llegar a un punto desde donde se divisa, muy lejos, el valle de Mizque; cuando lo vi, quise convencerme que ese era otro valle más allá de Mizque, pero estaba totalmente equivocado. Sin embargo, mi control de tiempo me decía que llegaría antes de las 18:00.

Una parada obligada en esa zona es el famoso “Puente de los Libertadores” porque ese puente atravesó Simón Bolívar camino a Sucre. Este es un puente de piedra pequeño pero bien construido pero para acceder allí hay que bajar caminando unos 200 m. A esas alturas ya no estaba con afanes turísticos, así que luego de unas fotos, me pasé de largo.
La verdad es que este último tramo de descenso se hace interminable, posiblemente porque uno quiere ya ver la meta, más aún que el camino no permite ver a Mizque, solo ve más y más curvas. Hasta que ¡Aleluya! se acaban las curvas y solo queda un tramo km recto de unos pocos km y al final aparecen las primeras casas.



Llegue a eso de las 17:30, sin ningún percance ni pinchazos pero con la sospecha que el freno delantero estaba demasiado ajustado, lo que me ayudó a frenar menos con las manos. Además perdí un perno que sujetaba la puntera del pedal, pero encontré la solución: puse a la fuerza una ramita que aguantó hasta llegar.

Llegué a la plaza y allí le di un gracias a mi bici por su gran desempeño pese a estar achacosa últimamente. Para muchos puede ser una tontería, pero a veces dan ganas de creer que las bicis tienen alma. Fui en busca de alojamiento y esto ya es otra historia.

El caso es que para viajar reuní información de Mizque respecto a alojamientos, restaurantes y puntos de interés turístico, así, tenía unos varios alojamientos y restaurantes, y muchos puntos de interés empezando de un museo en la misma plaza del pueblo. Pronto comprendí que nada de eso estaba disponible. Pocos alojamientos uno de ellos muy caro, los restaurantes no existían y la única opción para comer era el mercado, el museo cierra los domingos y feriados, no existen guías ni ningún cristiano que te dé información verídica de los sitios de interés. En resumen, en cuanto a información turística: Mizque = 0. Para completar, el centro de la ciudad estaba revuelto porque estaban asfaltando la plaza principal y las cuadras aledañas.

Cuando salí a buscar algo de comer en el mercado, se puso a llover y eso me convenció para no ir al mercado, comprar una lata de cerveza para festejar en el hotel.

Llegué al hotel "Bolivia" que tenía todas sus habitaciones desocupadas, luego de elegir una con balcón y todo, el dueño no se molestó en registrarme pero me cobró por adelantado. No volví a verlo a él ni a otra persona en el hotel, ni cuando deje la habitación; eso sí el dueño del hotel tuvo la gentileza de dejarme todas las puertas de entrada sin llaves ni seguro de día y de noche. Uno entraba y salía cualquier momento porque todas las puertas, desde la calle no tenían seguro! Así que al dejar el hotel solo puse la llave de mi habitación en el mesón y me fui.

Al día siguiente me levante a las 6:30, terminé de despertar con la ducha caliente y fui a tomar api con pasteles al mercado y luego a sacar fotos de la Iglesia. Allí estaban en media misa, por lo que tuve que esperar un poco. Luego, cuando el señor cura estaba mojando algunos feligreses con agua bendita, me acerque, le dejé mojarme y enseguida le pedí autorización para subir a la torre del campanario. Luego de las consabidas dudas y recomendaciones, le instruyó a su ayudante que me lleve a la torre; el caso es que allí mismo me encontré con unos amigos que estaban con un grupo de 6 personas, el ayudante se preocupó un poco pero lo convencimos de subir todos, previo juramento por Dios que nos portaríamos como buenos chicos.



Campanario de la Iglesia del pueblo
La torre es la parte más alta de todo el pueblo por lo que es el punto inmejorable para ver la dimensión y la belleza de valle de Mizque, pero aparte de ello, encontramos un mecanismo relojero de los tiempos de mi abuelo (calculen ustedes!) para dar la hora y accionar las campanas. Una bella pieza de museo que la vimos funcionar plenamente por que coincidió de dar las 8:00. (En mi reloj digital ya era las 8:04 pero no reclamé por ello). El mecanismo funcionó a las mil maravillas y todos nosotros estábamos ahí como niños asombrados de ver un juguete nuevo. Para mí eso ya fue lo mejor del día. Además, nuestro guía del campanario me recomendó una buena ruta por las afueras de Mizque.
Volví al hotel (ahora era todo mío) saque mi bici y salí disparado por el camino a Aiquile. Otra zona bonita porque sigue el curso del río Mizque, el más grande de la zona. Hice unos 17 km por un buen camino que cruza un puente y otro que está concluido pero aún no funcionando (y que aproveché de inaugurarlo), luego empiezan las subidas hacia Aiquile hasta encontrar un paso hacia el otro lado del río. Hecho el cruce, encuentro un camino y la vía férrea Aiquile - Mizque - Cochabamba (que hoy debería ser una mina de oro para el turismo). Un ferrobús transita diariamente por Mizque y también va a Tin Tin (bonito nombre para un sitio bastante abandonado).


El río Mizque
A la altura del pueblo, es necesario cruzar el mismo río que anteriormente crucé por un puente de lujo, pero esta vez había que cruzarlo a pie. Como el río venía con alguna fuerza, en el punto de cruce esperé a que pase un vehículo, lo que hizo con algún esfuerzo y protegiendo previamente su distribuidor. Seguí su misma ruta con el agua hasta mi rodilla (ojo, solo mido 1.60 m). Entre tanto ya eran las 12:00 así que dejé la bici en el hotel desierto y me fui al mercado a buscar almuerzo, como el día anterior no había comido regularmente, me di el gusto de tomar primero una sopa de arroz con pollo (chankheta le llaman) y luego, en otra mesa (para que no piensen que estaba mal de la cabeza) tomé una sopa de maní, con lo cual me fui al hotel a descansar esperando la salida del bus a Cochabamba.

Según mis registros, en este viaje de 2 días hice 147 km, con unos 30 km de ascenso y el resto plano o bajada. Se sube 1060 m (de 2730 msnm hasta 3790 msnm) y se desciende 1772 m (a 2018 msnm). El tramo nuevo para mí fue 82 km a Mizque y 33 km en la vuelta al río Mizque.

El viaje de retorno en bus fue muy tranquilo, aproveché para repasar mi viaje en bici del día anterior por lo que mi nariz estuvo pegada a la ventana hasta que paró en Arani, donde todos los pasajeros compramos el famoso pan. Llegamos a Cochabamba a las 19:30, monté en mi bici y llegué a mi casa a las 20:15, con lo que di fin a una experiencia que pasó a mis mejores recuerdos, al igual que mi anterior viaje a Toro Toro.

Ahora a estudiar la próxima ruta.



Jorge Cordero Z.
Enero, 2012



OTRAS FOTOGRAFIAS


Puya Raimondi

Cesped en el techo

Cerca a la cumbre

La ruta en la montaña

Vista al oeste del camino

Pequeño pueblo en el descenso a Mizque

Al fondo el valle de Mizque

Recuerdo de accidente vehicular

Sitio del accidente

El puente de los Libertadores

La zona de Kuri

La Iglesia del pueblo

Responsable del campanario

Camino a Aiquile

Rio de Mizque

En el puente para viajar a Aiquile

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